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6 cosas que debes saber antes de tu primera terapia


Es normal que un paciente llegue a su primera consulta psicológica sin saber muy bien qué hacer ni cómo empezar. A continuación mencionaremos algunos puntos que es aconsejable que tengas presente a la hora de ir a tu primera terapia.


1) Es normal estar un poco nervioso/a.

Hablar de uno mismo muchas veces no es fácil. El miedo al juicio o tener dificultad de hablar de los sentimientos o hablar con un desconocido, puede llegar a ser incómodo. No dudes en hablar de esto y preguntarle a tu terapeuta la primera visita: por ejemplo, “¿Si yo no digo una palabras porque no hablo mucho, qué va a pasar? Ten la seguridad que un psicólogo profesional no te juzgará y hará lo posible para que sientas que estás en un espacio seguro para hablar. Tú siempre puedes ir a tu ritmo y el psicólogo nunca te presionará a que hables de algo que no quieres o no estás listo/a para hablar.

2) Pregunta a tu terapeuta en qué va a consistir el progreso, o más o menos en qué tiempo se estima.

Cuando empiezas un proceso de terapia, habla con tu terapeuta acerca de cómo sabrás si está habiendo un proceso. Si bien por un lado esta pregunta tendrá que ser respondida principalmente por ti, el terapeuta puede ayudarte a entender en qué sentido hay una mejoría de la situación y por lo tanto un mayor bienestar. Es normal que, en ocasiones, experimentes malestar después la sesión. Esto se debe que vuelves a vivir experiencias o a sentir nuevamente culpabilidad o enojo cuando hablas de temas delicados durante la sesión. En ocasiones es posible encontrar perspectivas que te permitan verlo de forma más conveniente, y te dejen con más tranquilidad, y otras veces es necesario quedarse con cierta inquietud o malestar, de modo que queden algunas preguntas abiertas.

3) Es importante sentir confianza o simpatía por tu terapeuta.

La libertad de explorar tus impulsos, tus pensamientos y sentimientos tal como surgen, es una de las claves para el cambio en psicoterapia. Por esta razón, es de suma importancia que te sientas en confianza con tu terapeuta. De modo que puedas expresarte sin miedo a que te juzgue o critique. Desarrollar esta confianza puede tomar cierto tiempo, y el psicólogo no presionará para que esto ocurra. Sin embargo es recomendable que no tome demasiado tiempo, para poder empezar a profundizar en temas importantes. Puedes hablar sobre las dudas que puedas tener, por ejemplo respecto a sus credenciales, su experiencia en casos como el tuyo. En caso que no logres experimentar cierta confianza, y más bien tengas un presentimiento de que algo que “no te checa”, es recomendable hablarlo directamente, o bien incluso considerar la opción de cambiar de terapeuta.

4) Es normal sentirse incómodo en ocasiones.

Lograr un cambio en la vida no es algo fácil. Es muy probable que llegue a ser incómodo e incluso desagradable en ocasiones; pero es parte de un proceso de llegar donde quieres ir. Cuando nos detenemos en nuestros sentimientos, nos damos cuenta de nuestra vulnerabilidad. Al compartir estos sentimientos, abrimos esta vulnerabilidad y quedamos expuestos. Y esta vulnerabilidad es sumamente incómoda. ¿Cómo será recibida? ¿seré aceptado/a o rechazado por estos sentimientos?, ¿seré abandonado/a?, ¿se burlarán de mí? ¿qué pasa si siempre me sienta triste, herido/a, solo/a, confundido/a, enojado/a avergonzado/a, culpable? La incomodidad es parte de un buen proceso de terapia, y para que ocurra, es imprescindible lograr sentir confianza con tu terapeuta.

5) Puedes decirle a tu terapeuta si algo te molesta o no estás de acuerdo.

Es importante que te sientas en la terapia como en un espacio seguro y cómodo, donde puedes expresarte libremente. Cuando no entiendes algo, o si tu psicólogo te hace enojar por algo que haya dicho, es importante que se lo comuniques directamente. De hecho, esta información puede ayudarle al psicólogo para que entienda como ayudarte mejor. No solo ayuda al proceso de terapia, también te ayuda a ti a no cargar con cosas innecesariamente. Por ejemplo si no te gusta realizar tareas en casa, o hablar de tu pasado, es importante que lo digas. Solo al poner todas las cartas sobre la mesa el terapeuta podrá brindarte ayuda.

6) La terapia debería de mejorar tu vida, inclusive tu trabajo.

Ten presente que estás dando tu tiempo, tu dinero y tus emociones a una persona. Y si bien el terapeuta no va a ser quien resuelva tus problemas (eres tú quien lo hace), tienes que asegurarte que efectivamente te brinde las herramientas que requieres para salir adelante en tu situación. Si consideras que no estás recibiendo la ayuda que necesitas, habla directamente con tu terapeuta, o bien encuentra a alguien más que efectivamente pueda ayudarte. Ser adulto es difícil, y la terapia psicológica puede ayudar - No te rindas.

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