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Foto del escritorRenata Batarse

Cómo perdonar una infidelidad


Importancia de perdonar una infidelidad: manejo de celos, culpa y resentimiento


Manejo de la culpa y del resentimiento

No es fácil perdonar una infidelidad. Es evidente que la pareja engañada resiente una herida narcisista: se siente desvalorizado, incluso puede creer que es menos valioso que la persona con quien le fueron infiel. Es importante señalar que no es conveniente que la persona que fue infiel sienta una culpa excesiva, como si el ser infiel sea algo imperdonable. Pues esto supondría que el engaño causa un daño irreparable en la otra persona, lo cual es falso. Evidentemente es un golpe muy fuerte, que abre una herida muy profunda. Sin embargo, también es importante señalar que no es conveniente que la persona víctima de la infidelidad experimente un resentimiento excesivo, que la lleve a cobrarle todos los días por la infidelidad, como si la deuda no tuviera fin. Si ambos quedan atrapados en un mal manejo, uno en la culpa, convencido que arruinó la vida de su pareja, y el otro en el resentimiento, convencido que su pareja le arruinó la vida y haga lo que se haga ya no podrá perdonarse, entonces podemos imaginar que el problema tenderá a complicarse necesariamente en el futuro. En vez de detenerse tanto en la culpa y el resentimiento, es mejor esforzarse en conocer las razones de tal crisis conyugal y encontrar soluciones.

El resentimiento es una reacción normal hacia alguien que te ha causado un dolor insoportable. Es la forma en la que las emociones te advierten para evitar a personas que te han dañado en el pasado - pues podrían dañarte nuevamente en el futuro. Pero, por otro lado, el resentimiento puede ser también una reacción irracional a algo que no es más una amenaza real.

Al mismo tiempo, las personas que han vivido este resentimiento, saben cómo arruina la felicidad personal y deteriora el futuro del matrimonio. Aún así, sin embargo, no parecen capaces de detenerlo.


Uso de resentimiento para controlar y castigar a la pareja

Existe el riesgo de que un mal manejo del resentimiento se convierta en un problema de relación de poder. Un esposo o esposa que mantiene vivo el resentimiento por años, encontrará ahí una forma efectiva de controlar y castigar a su pareja, por lo que hizo en el pasado. Cada vez que tienen discusiones, él o ella lo trae a colación, como una forma de lograr tener la razón y someter a su pareja; o incluso por ejemplo cuando él quiere tener relaciones sexuales y ella no, puede aludir al tema para mover la culpa en su pareja y tener ventaja en ganar el argumento o en "convencerla". Tristemente, el resultado de este mal manejo da lugar al abuso puro y simple, en el interior mismo de la relación amorosa. No hay excusa para seguir recordando por años ese momento de debilidad que de su esposo o esposa experimentó años atrás, cada vez que tienen dificultades: una de dos, o se logra perdonar a la pareja, o se decide la separación. De lo contrario, se estará consintiendo el abuso y la falta de respeto en la relación.

Es necesario no permanecer en los errores del pasado. Aquí la pareja infiel necesita rechazar ser tratada de esa forma, especialmente por la persona que ama.


Pero... ¿Qué pasa cuando los engaños son repetitivos?

Cuando un compañero en la pareja incurre en infidelidades repetidas, surgen muchas dificultades y preguntas. ¿Hubo asuntos presentes en la primera infidelidad que no fueron atendidos a la hora de resolver el problema? ¿Cómo fue manejado el primer evento? ¿El que incurrió en la infidelidad logró un arrepentimiento genuino? ¿Significaría que no sólo engañó en el primer evento de infidelidad, sino que engañó al prometer nuevamente ser confiable en un futuro? ¿Realmente se puede perdonar la infidelidad? Es evidente que si después haber pasado por la crisis de una infidelidad y por una reconciliación exitosa, la pareja reincide y vuelve a ser infiel, el problema se complica, y es necesario reconsiderar las opciones más radicales que implican una separación o un divorcio. Lo que está en juego en estos casos es la disponibilidad de parte de la pareja: qué tan sincero es al esforzarse en reparar esto. Como dice el dicho, se necesitan dos para bailar. Y la reincidencia en otras infidelidades puede entenderse como un mensaje de la pareja, de que no es capaz de comprometerse.

Ciertamente, un segundo golpe sobre una herida recién cicatrizada vuelve más complicadas las cosas. Sin embargo, existen casos en que cabe una nueva oportunidad, en la medida en que se identifiquen esfuerzos sinceros de ambas partes para superar la dificultad. Es necesario insistir en que solo si existe amor en una pareja se podrá superar una dificultad de este tipo. Si no es posible identificar con claridad que existan esfuerzos sinceros por parte de la persona que ha sido infiel, muchas veces no conviene entonces seguir juntos. La terapia les ayudará a definir si estos esfuerzos están encaminados en una dirección que puede ser favorable para la relación, o si existe realmente incapacidad de parte de alguno de los dos para "cambiar", y lo más recomendable sea una separación.

Aquí, podríamos decir, que el sentimiento de enojo, de resentimiento son emociones que están diciéndole a la persona que no es buena idea continuar en la relación. Sin embargo, afirmamos esto siempre y cuando se tenga en cuenta el contexto en el que se ha trabajado y superado el primer acto de infidelidad. Es decir, que depende en cada caso de su singularidad.


El pasado: manejo de la culpa y el resentimiento.

El reto para la pareja de ser capaces de hacer de la deuda algo pagable, finito, tiene que ver con el manejo adecuado del resentimiento y la culpa. De hecho, el resentimiento y la culpa son emociones primarias que dan cuenta de una relación fundamental que tiene el hombre con la deuda: la culpa es un sentimiento de que debo, y el resentimiento es un sentimiento de que se me debe. Por el simple hecho de que los seres humanos no somos perfectos, tenemos que lidiar todos los días y constantemente con el reto de un buen manejo de estos sentimientos. En el momento en que me equivoco, en el momento en que se equivocan conmigo, se me presenta el reto de manejar adecuadamente mi relación con la deuda. Todos tenemos dificultades al manejar esta relación con la deuda, y muchas veces arrastramos resentimientos del pasado, o mantenemos viva una culpa por un error del pasado. Y esto es normal, no es posible tener un manejo perfecto de estos sentimientos, por el simple hecho, de nuevo, de que no somos perfectos. En ocasiones, sin embargo, las personas quedan atrapadas o bloqueadas en uno de estos sentimientos, y, por decirlo de una manera, andan por la vida con el sentimiento de que se les debe, y por lo tanto se les hace fácil cobrarse con otros, desquitarse con otros, infligiendo daño sin experimentar mayor remordimiento (al menos en el momento), o bien andan por la vida con el sentimiento que deben a los demás, y permiten así quizá con más facilidad que otros le hagan daño. De hecho, si lo ponemos de esta manera, podemos ver que la química que surge cuando una persona convencida que los otros le deben y otra persona convencida que debe a los demás se unen, no es una química nada buena: podemos sospechar que esta unión generará muchas complicaciones, y que se tratará de una relación tóxica.

Con respecto a la infidelidad, podemos reconocer que se trata de una falta muy grande, que ocasiona un daño a la otra persona muy profundo. Sin embargo, existen razones de mucho peso para afirmar que es necesario y vital llegar a perdonar esta falta. Perdonar aquí, no significa que la persona que sufrió la infidelidad deba permanecer al lado de su pareja. La importancia de perdonar una infidelidad es independiente de si siguen o no juntos en pareja. En una primera instancia, la terapia de pareja recomienda dar una oportunidad a la relación, e intentar trabajar el perdón en el interior de la relación. Sin embargo, hay ocasiones en que esto no es posible, y es recomendable una separación. Aún en estos casos, es imprescindible que se trabajen estos sentimientos de culpa o resentimiento, no solo por bienestar propio sino también por el de futuras parejas. Existen riesgos de arrastrar, por ejemplo, estas dificultades y llevarlas a nuevas relaciones en el futuro, como la aparición de celos infundados que no se puedan controlar, como consecuencia de no ser capaz nuevamente de confiar en el otro. Esta "nueva" relación se verá enfrentada a lidiar con esta especie de deuda infinita, una deuda que todavía se sigue cobrando (aunque ahora a alguien más) y que se es incapaz por parte de la persona que desconfía de saldarla de alguna forma. De esta forma, la relación, aunque sea nueva, se verá orillada a repetir un patrón, que exigirá a su vez el reto de resolverlo adecuadamente (se podría decir que no podemos escapar a nuestros propios problemas no resueltos; tendemos a entrar en relaciones que nos exige atender heridas abiertas que no hemos sido capaces de cicatrizar. Y esto se debe entender como una buena noticia.)

Aunque una pareja decida terminar con la relación, la intervención del terapeuta puede seguir siendo de ayuda. La persona que sufrió el engaño puede recibir ayuda de una terapia individual o terapia grupal para disipar la confusión que puede experimentar respecto a lo que pasó, los sentimientos de enojo, frustración, por la traición o abuso de confianza, y el terapeuta puede ayudarle también a superar la pérdida de la pareja. La pareja que cometió la infidelidad, también tiene que lidiar con el arrepentimiento y entender lo que causó que incurriera en la infidelidad.


¿Es necesario confesar la infidelidad a mi pareja?

La honestidad es parte de la solución de la infidelidad, aún en los casos en que sepamos que puede causar un sufrimiento inmenso. De hecho, la mayoría de las parejas infieles están conscientes de que el acto de infidelidad es una de las acciones más crueles que puedan infligirle a su pareja. Por lo tanto, una de las razones para ser deshonestos es para proteger a su pareja de un daño emocional. "Por qué añadir insulto al agravio", es la razón que pueden argumentar. "Lo que hizo estuvo mal, pero ¿para qué hacer que mi esposa sufre de un dolor innecesario, al revelarle este acto insensato del que me arrepiento?".

La realidad es que la honestidad no es lo que dañará a la pareja, sino el acto de infidelidad. La infidelidad supone mantener una relación en la que la confianza no es valorada. Aunque la persona engañada no sepa acerca de la infidelidad de su pareja, no impide que la persona que engaña se viva como no digna de confianza, y esto tiene consecuencias importantes y negativas para la pareja.


La confianza: lo que se daña con la infidelidad

Lo que está en juego, en el problema de la infidelidad, es la confianza. La infidelidad es un abuso, un mal uso de la confianza que ha depositado uno en el otro en una pareja. Generalmente, a la hora de hablar de una psicoterapia para superar la infidelidad, se enfatiza en la dificultad que tiene que atravesar la persona afectada que sufrió la infidelidad, y que tiene que recuperar su autoestima que fue lastimada por la falta de su amado. También es importante señalar que los hombres y mujeres que tienden a ser infieles en las relaciones tienen una característica muy sobresaliente, y es un tipo de resentimiento en el que literalmente no han sido capaces de sentirse dignos de confianza. Prácticamente, el ser infiel puede traducirse en comunicarle al otro que no le da importancia en que confíen o no en él o en ella. Este punto es importante señalarlo en un proceso de psicoterapia para entender que, a pesar de que a primera vista parecería preferible estar en un lado (victimario) que en otro (víctima), en realidad este lado de la persona infiel constituye una figura triste, que pierde tanto realmente como la persona que ha sufrido la burla y el engaño. Esto, sin embargo, no es tan visible ni es fácil de experimentar. Es un punto de vista fundamental para que una pareja pueda superar una infidelidad: ambos tienen que conquistar un punto de vista con el que puedan ver, entender y experimentar que en el acto de infidelidad realmente no supone ninguna ganancia para ninguno -- solo pérdida, para la relación. Esto, nuevamente, no es fácil de lograr y el proceso de terapia de pareja o matrimonio ayuda a conseguirlo.

En R&A Psicólogos ofrecemos terapia psicológica de pareja, individual y grupal para ayudar a superar una infidelidad. Se recomienda trabajar con los enfoques de terapia sistemática, cognitivo conductual, counseling y racional emotiva.

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