7 consejos para superar una derrota:
1. Lo primero que hay que hacer es hablar de la derrota
Las personas a veces reaccionan a un fracaso como si fuera una tragedia personal. No saben qué decir y evitan completamente hablar del tema. Es clave que atiendas a algo que es evidente para los demás, reconociendo la derrota y buscando entender las razones de lo sucedido.
Hay que aceptar “tocar fondo”, de estar en contacto con nuestra realidad. ¡No he tenido éxito, es un hecho! Solo así se generan las condiciones para hacer preguntas importantes: ¿cuál es el reto para mí? ¿Qué me enseña esta situación sobre mí mismo, sobre mi método de trabajo, sobre las relaciones con los otros, sobre mis límites y mis necesidades esenciales?
2. Acepta responsabilidad personal
Examina cómo tus comportamientos y decisiones contribuyeron a esta derrota. Pregúntate: ¿existen aspectos de tu liderazgo que pueden ser mejorados? Esto ayuda a enfocarse en los componentes de la situación que están en tus manos. No que todo sea tu culpa, pero es clave tener claro qué estuvo y sigue estando en tus manos, para tener control de cómo se van desenvolviendo las cosas en adelante.
3. Pero no lo hagas personal
Separa la derrota de tu identidad. Solo porque no has encontrado (aun) una manera de hacer algo no significa que eres un fracaso. Personalizar una derrota quiebra nuestra autoestima y nuestra confianza. De hecho, raros son los grandes éxitos que no son precedidos de derrotas. Es importante aprender a aceptar los accidentes del proceso en lugar de ser paralizados por el miedo de fracasar.
4. Comparte lo que has aprendido para mejorar los procesos
Es importante que no te quedes únicamente en la posición negativa de que te equivocaste, que no pierdas de vista que también estás en posibilidad de profundizar y ganar comprensión de qué falló y cómo mejorar. Si bien esto no es fácil y toma tiempo, tenerlo en mente y como meta ayuda a avanzar en la dificultad en la que estás.
Intenta ver la derrota analíticamente, con curiosidad, y suspende los sentimientos de enojo, frustración, culpa o arrepentimiento. ¿Por qué fallaste? ¿Qué pudo haber ocasionado un mejor resultado? ¿La derrota estaba totalmente fuera de tus manos? Después de reunir estas respuestas, toma cierta distancia y pregúntate: ¿Que aprendí de todo esto? Medita cómo puedes aplicar estas nuevas reflexiones y conocimiento en adelante.
5. No te detengas demasiado tiempo
Obsesionarte con tu derrota no va a cambiar los resultados. No puedes cambiar el pasado pero sí puedes cambiar la manera en que te relacionas con este pasado. Entre más rápido tomes pasos positivos hacia adelante, más pronto dejarás atrás esos pensamientos que te debilitan y obstaculizan.
6. Intenta no depender de la aprobación de los otros
Muchas veces el miedo al fracaso se origina en un miedo a ser juzgado y a perder el respecto y la estima de los demás.
7. Piensa que tomar la ruta del éxito, es aceptar el riesgo de la derrota
Buscar el éxito con avidez o temer el fracaso con miedo no sirve de nada. Lo esencial es ponerse en condiciones para tener éxito, adoptando progresivamente el modo operatorio que nos permite dar lo mejor de nosotros mismos.
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