¿Qué es la fobia social?
Hablar en público, preguntar información a un desconocido, pasar a una entrevista de trabajo… En esta situaciones usuales de la vida cotidiana, es normal que todos lleguemos a sentir cierta incomodidad, incluso una tensión interior. Esta ansiedad, que puede asimilarse al nervio o a la timidez, no tiene nada de patológico. Pero cuando la aprehensión se vuelve pánico, y nos paraliza completamente en nuestra relación con los otros, entonces se habla de fobia social. Un trastorno de ansiedad que afecta alrededor del 4.7% de la población (en México).
La fobia social es un miedo masivo, excesivo y durable en la relación con el otro. Corresponde precisamente al miedo intenso y persistente del juicio del otro en toda situación en que uno es escuchado u observado, ya sea por un solo individuo, varios, o un público entero. Más que una idea de aprehensión a la idea de confrontarse a una situación banal, la fobia social se traduce por una ansiedad real que paraliza.
La persona con fobia social tiende a ser tensa, preocupada, estresada, con dificultades para razonar o relativizar en los momentos de ansiedad. Anticipa las situaciones que teme antes de que las confronte, tal vez en crisis de pánico más o menos paralizantes: manos sudadas, aceleración del ritmo cardiaco, enrojecimiento, temblores, pérdida de memoria. La persona con fobia social teme principalmente a la mirada del otro, su juicio, crítica, y en última instancia, rechazo. Pero también pueden temer a la hostilidad o la agresividad, debido a la visión que tienen del mundo y de los otros. Por último, también pueden temer la intimidad, el contacto físico y la cercanía.
Causas de la fobia social
Como en la mayor parte de los trastornos psíquicos, la fobia social no es la consecuencia de una causa única, sino que resulta de una asociación de factores. Por un lado unos asociados a la personalidad y al temperamento, por otro a las experiencias y eventos de la vida. Las personas que nacen con tendencia a ser introvertidos o hipersensibles, tienen más probabilidad de desarrollar una fobia social. Presentan rasgos comunes, como la inhibición y el perfeccionismo. Son muy exigentes con ellos mismos, y se les dificulta fracasar en sus relaciones con los otros; terminan recriminándose intensamente: « no sirvo para nada », « nunca lo lograré ». Su sentido de auto crítica está exacerbado. Ahora bien, ser hipersensibles o introvertidos no es suficiente para desarrollar una fobia social. Un evento traumático o una educación poco alentadora pueden hacer que exista más riesgo de que se presente el trastorno de ansiedad. Es recomendable que, desde la infancia, los padre alentar a su hijo a que esté en contacto social para reforzar su seguridad en sí mismo. Hay que evitar sobre protegerlos o cuidarlos demasiado, pues se les envia el mensaje de que son muy frágiles, que no pueden lidiar con los retos que supone el contacto social.
Signos y síntomas
▪︎ Conciencia excesiva y ansiedad de situaciones sociales cotidianas
▪︎ Preocupación intensa por días, semanas o incluso meses antes de un evento social futuro
▪︎ Pensamientos intrusivos sobre cosas que causan ansiedad
▪︎ Miedo extremo de ser observado o juzgado por otros, principalmente desconocidos
▪︎ Temor a actuar de formas que puedan humillarlo
▪︎ Miedo a que otros perciban que está nervioso
▪︎ Evitación de situaciones sociales al punto de limitar actividades o perturbar la vida
▪︎ Permanecer quieto y en silencio o escondido en el fondo para pasar desapercibido
▪︎ Necesidad de andar siempre con un amigo a todas partes
▪︎ Beber alcohol antes de situaciones sociales para calmar los nervios
Síntomas físicos
▪︎ Enrojecimiento
▪︎ Respiración cortada
▪︎ Taquicardia
▪︎ Problemas gastrointestinales, nausea
▪︎ Temblor
▪︎ Sudoración, sofocos
▪︎ Mareo, desvanecimiento
▪︎ Sensación de desapego y pérdida de control
Tratamiento: superar la fobia social
Psicotocialerapia
La psicoterapia ha mostrado ser de ayuda para superar la fobia social. El proceso de curación incluye estos dos pasos:
1. Aceptación
La fobia social presenta en su interior un discurso auto acusador muy severo, con el que la persona está al acecho del menor de sus errores. Al experimentar una situación social, la persona con fobia social tiende a oscilar entre el miedo y la autocrítica: es decir, pierde oportunidad de sacar algún provecho de la situación. En estas circunstancias, ninguna experiencia puede serle benéfica, ni puede servirle de aliento para la siguiente. La primera etapa para la cura es por lo tanto la aceptación. Al reducir la severidad del tono autoacusador, la persona puede adquirir confianza a lo logros que pueda tener en una experiencia social. Ya no va a ser solo o bien miedo o bien autocrítica: puedo concentrarme en hacer a un lado los errores y aprender de ellos para la siguiente vez.
Existe otro riesgo, que supone una trampa en la que se puede caer. Y es racionalizar que « no está mal así, estoy bien solo, los otros no me importan », y encerrarse en sí mismo. Es necesario aprender a amarse, a ver sus cualidades, conquistar una mirada benévola hacia uno mismo para aceptar el exponerse a la mirada del otro.
2. Exposición con el objeto temido
Eventualmente, es necesaria una exposición a las situaciones temidas. La fobia social puede caracterizarse como un intento de dominar un acontecimiento temido aplazándolo. La terapia sistemática, por ejemplo, propone dar un giro de 180 grados al dejar de tarea exponerse y fracasar. Exponerse al fracaso. El proponerse una tarea como esta, al llevarse a cabo sin que el paciente se dé cuenta o no esté tan consciente, quita del centro el objetivo de lograr hablar en público, y se abre mediante una distracción artificial, una puerta para que pueda realizar lo que tanto teme, muchas veces sin darse cuenta, ya está dentro de la situación. El experimentar esto y salir ileso (darse cuenta que había nada que temer realmente) ayuda a desarrollar los mecanismos para enfrentar futuras situaciones similares.
La terapia cognitivo conductual, en cambio, propone también una técnica a la exposición a la situaciones: someterse de entrada a la mirada de los otros pacientes (en terapia de grupo, por ejemplo), en un ambiente controlado, para después volver interpretar las situaciones en la vida real. Este procedimiento debe ser progresivo y también da resultados.
Además, también el psicoanálisis y la neuropsicoterapia ayudan a tratar la fobia social. Puede trabajarse en terapia individual, en grupo y se recomienda la terapia familiar para el trabajo indirecto con niños con fobia social. Es posible trabajar directamente con los niños, pero se recomienda primero hacer una evaluación de de la dinámica de los padres.
Medicamentos
En los casos en que la fobia es muy fuerte, se recomienda el tratamiento con medicamentos. Los antidepresivos pueden ser de ayuda para mejorar la calidad de vida del paciente. Se recomienda para los casos en que la fobia es muy intensa o causa mucho malestar, o cuando las psicoterapias no son suficientes, o no pueden recibirse.
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